Aproximación a la historia de las hermandades y cofradías isleñas

Las páginas que siguen pretenden explicar el pasado histórico de nuestras hermandades y cofradías; por ende, indirectamente, el de nuestra ciudad. Expondremos este pasado con curiosidad entusiasta suavizada por el rigor científico, con admiración sincera matizada por el espíritu crítico. Le interrogaremos con la finalidad de que arroje luz y aclare el origen y evolución de estas corporaciones, ayudando así a entender su presente, su situación actual.

En ningún caso se ha tratado aquí de dar una respuesta religiosa, filosófica, antropológica, ni socioeconómica a las múltiples cuestiones que plantea un fenómeno como el de las hermandades y cofradías. Tan sólo de dar una respuesta estricta y exclusivamente histórica. Pero una respuesta histórica necesariamente sintética y didáctica, expuesta con claridad y amenidad, alejada de consideraciones tediosas e incomprensibles. Es decir, en armonía con el carácter fundamentalmente divulgativo con el que se pretende revestir a esta página informativa.

De este modo, para hacer más didáctico su contenido, dividiremos la exposición en siete epígrafes que abarcan las etapas históricas siguientes: 1) primera mitad del XVIII, reinados de Felipe V y Fernando VI o época barroca (1676-1759); 2) segunda mitad del XVIII, reinados de Carlos III y Carlos IV o época de la Ilustración (1759-1808); 3) las décadas de crisis de los tres primeros cuartos del siglo XIX (1808-1874); 4) los sesenta años de la restauración borbónica (1875-1931); 5) la segunda república y la guerra civil (1931-1939); 6) el régimen de Franco (1936-1975) y 7) la época actual (1975-2000).

  1. La historia de las hermandades y cofradías isleñas es tardía no va más allá de finales del siglo XVII, comenzando verdaderamente a principios del XVIII con el impulso dado por la dinastía Borbón a la bahía gaditana.
  2. El establecimiento en 1769 en la Real Isla de León del Departamento Marítimo y el fomento de la industria de construcción naval anexa fue un acontecimiento de primer orden para la localidad, que determinará su evolución histórica, repercutiendo a partir de entonces las etapas de esplendor y de decadencia de esos sectores en el auge o en el declive de las hermandades y cofradías.
  3. La primera mitad del siglo XIX supuso un decaimiento y una época oscura para las hermandades isleñas, reflejo de las coyunturas inestables por las que atravesó la nación y la Iglesia.
  4. La época isabelina y, sobre todo, las seis décadas de la Restauración borbónica contribuyeron a configurar el modelo de la Semana Santa isleña y a consolidar a las hermandades y cofradías locales.
  5. Tras el paréntesis de la Segunda República, estas corporaciones conocieron una etapa de impulso, fomento y esplendor durante el régimen confesional de Franco, amortiguada al final por la crisis posconciliar.
  6. Actualmente asistimos a una segunda Edad de Oro de las hermandades cofradías, aún más dorada que la del Barroco. Una época en la que éstas procuran contemporizar entre la promoción social y turística de la que son objeto por parte de los poderes públicos, y la renovación y reconversión queridas por la Iglesia Católica. Una época en la que se enfrentan a la elección de su propia naturaleza: entre asociaciones religiosas comprometidas socialmente y asociaciones culturales y folclóricas.